La verdadera historia de la relación entre Fito Paez y Charly García: Una crónica de su vínculo

El amor después del amor, la biopic de Fito Paez que fue viral, reavivó la importancia y la curiosidad por el vínculo entre Fito Paez y Charly García. Entre competencia, talento y admiración. 

1982. Baglietto presentaba su segundo disco, Actuar para vivir. Fito Paez era el pianista y ya se consagraba como uno de los booms del año. Habían llegado a Buenos Aires y se preparaban para salir a escena cuando, el rumor de un grande llegando por los pasillos los intranquilizó. Era el gran Charly García que “solo pasaba a saludar”.

Junto a Charly, Andrés Calamaro. Ambos en el camarín con todo a su alrededor paralizado. Ningún saludo importó, Charly García solo se interesaba por aproximarse al flaquito despeinado de 19 años.

“Dicen que tenes mala onda conmigo”, le dijo. El dios del rock lo acusaba. Fito se defendió: “¿Cómo voy a tener mala onda con vos que sos todo en mi vida?”, se arrodilló frente a él y tratandolo de maestro le dijo “Amo su música más que a nada en este mundo”.

¿Qué pasó inmediatamente después? Solo los presentes lo saben. Fito salió a escena e impresionó al mismísimo Charly García. 

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Todos supimos de la “aprobación de Charly” cuando, una semana más tarde, en la presentación de “Yendo de la cama al living” en un show memorable en Ferro, el dios del rock argentino citó, frente a 30.000 personas: “Como dice el rosarino, Actuar para vivir”. 

¿La historia de Fito Paez y Charly García empezó mucho antes?

7 de agosto de 1976 es una fecha que el rosarino nunca olvidará. ¿Locación? El Auditorio de la Fundación Astengo en Rosario. El primer recital de su vida. Solo 13 años ¿Quién tocaba? La máquina de hacer pájaros, la banda que Charly García formó luego del final de Sui Generis. Fito Paez define ese momento como: “La noche en que los dioses me dieron una señal”. 

Los discos de Sui Generis tuvieron el honor de ser los primeros que el pequeño Fito le pidió a su papá en sus recorridas por la disquería conocida. 

Pero ¿cómo pasamos de la admiración hacia una tensión tan marcada entre ambos? La tensión que Charly notaba entre él y el rosarino no era nada casual. El origen de la misma venía de los incesantes comentarios periodísticos que ponían a Fito Paez como un imitador de Charly y, por supuesto, como un competidor. 

Sin embargo, y despreciando los comentarios de la crítica, García decide creerle a Paez su sincera muestra de admiración aquella vez en los camerinos. 

Para la gira de presentación de Clics modernos, Charly se propuso armar un súper grupo que lo acompañara en el escenario: Guyot. Iturri, Toth como la base sólida, Melingo y Gonzo Palacios en saxos, Fabiana Cantilo para la voz y, finalmente, Fito Paez, para los teclados. 

Luego de algunos ensayos con frialdad y una personalidad estricta por parte de García, todo empieza a fluir. Hasta que sucede un pequeño desperfecto, Fito se enamora de Fabi, mientras ella salía con Charly. 

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“Pude haber sido la mina de Charly, pero el pelotudo no me eligió. Salí con fito porque Charly no me dió bola. Él era una figura y nosotros éramos unos pibes que queríamos llamar la atención del ídolo. Él me gustaba de mí, pero tenía como 8.000 novias”, dijo Fabiana Cantilo años después. 

En esa gira Fito, por decisión de Charly, tocó de espaldas al público. No existía explicación dicha por Charly de que eso fuera realmente por celos, sin embargo, es lo que todos creen. Más tarde, Charly explica: “Fito tenía un sintetizador modular, de esos que parecían una central de teléfonos y me encantaba que se vieran los enchufes”. 

Al parecer, la relación de Fito y Charly podía perdurar ante estos actos de celos. Ya que García fue uno de los personajes que más se mantuvo cerca de Fito entre sus días más difíciles. como con el fallecimiento de sus abuelas. 

No existen muchos casos en el mundo que relaten un vínculo tan integrado entre dos músicos. Un músico ya consagrado pone en la portada de su álbum una foto de otro artista. Eso fue lo que hizo Fito en Rock and Roll Revolution. 

Fito le dedicó, por lo menos, dos canciones de este disco a Charly. Cable a tierra y vale son definitivamente un guiño a su maestro. 

La de la relación entre estas dos grandes estrellas del rock es no solo una historia de discípulo y maestro, sino de una historia de amor y amistad que va más allá de la admiración mutua. 

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